viernes, 30 de octubre de 2009

José Joaquín Palma Lasso

El Gran Bayames. Poeta del fuego y del corazón.





Nació en la Ciudad de San Salvador de Bayamo, Cuba el 11 de Septiembre de 1844.

Son deudas de nuestra historia, que abren vacíos tremendos en nuevos y viejos. Ahora mismo, si alguien preguntara quién era José Joaquín Palma Lasso, encontrará incontables silencios, aun entre los habitantes de Bayamo, su ciudad natal.

Eso justifica el asombro cuando se resalta que este hombre, del que inexplicablemente no existe biografía a la mano, fue amigo de Céspedes y Martí —distinción de pocos— y que tuvo el privilegio de reclutar a Máximo Gómez para la guerra, que dirigió el primer periódico independentista... que escribió el Himno
Nacional de Guatemala. ¡Y que hizo más!




Sus padres fueron Doña Dolores Lazo y Don Pedro Palma. Desde niño demostró su amor por las bellas artes, el estudio y su patrimonio. En el año 1864 se inicia en el periodismo, fundando una pequeña publicación periódica llamada "La Regeneración de Bayamo". Es así como se inician las primeras luchas por la independencia Cubana. Años después se refugia en Honduras y posteriormente en 1873 en Guatemala. En este país se es acogido con cariño y comprensión. Como agradecimiento a la acogida el poeta Palma rinde un tributo presentando la letra del Himno Nacional. Su crédito como el autor de la letra del Himno Nacional fue reconocido hasta 1911.



Detalle encomiable: José Joaquín Palma vivió casi 40 años en tierras foráneas y aún así su Bayamo siguió siendo aguijón en la nocturnidad del alma, en el quebranto y aun en el éxito literario. Nunca olvidó las calles empedradas de su infancia, o los colegios donde cursó hasta la segunda enseñanza, ni el afluente fascinante donde se bañó tantas veces junto a Juan y Rosario, los hermanos de sangre.





Tenía 24 años en 1868, al lado de Perucho Figueredo y Francisco Vicente Aguilera, quiso ser libertador y entregar todo lo de si mismo por la Libertad de Cuba, en la zona de El Dátil, entrego personalmente los primeros grados de militar a Máximo Gómez, luego quien fuera conosido como El Generalisimo, El León de todo el Ejército Libertador durante tres crudas décadas.

Honores de pocos: José Joaquín tocó a Martí, Céspedes, Gómez, Maceo y a otros grandes de nuestras gestas. Galopó al lado del Presidente Iniciador en Güáimaro y en la manigua emancipadora. Se abrazaron como padre e hijo cuando Palma enrumbó hacia el exterior, a principios de la década de los 70 del siglo XIX, con la misión de buscar apoyo logístico a una guerra protagonizada por soldados descalzos y sin armas.



Otro hecho relacionado con este bayamés ha sido pasado por alto, y a eso se refiere Ludín Fonseca, director de la Casa de la Nacionalidad Cubana: «Es el autor de la primera biografía del Padre de la Patria».

En predios externos, desde Guatemala hasta Honduras, llega su consagración estilística. Da una palmada en el hombro a Martí cuando los sucesos fatales de María Granados (la Niña de Guatemala) y hasta le fabrica unos versos que se convierten en acicate espiritual para el Maestro.

Recibe honores en Honduras donde conquistó la amistad del presidente de la República, Marco Aurelio Soto, con quien viaja por Sudamérica y Europa y no se le infla arrogante el pecho; es director de la Biblioteca Nacional de Guatemala y anda como uno más. Llega a ser asistente personal de Marco Aurelio. Y en suelo hondureño prepara el recibimiento del Apóstol.

Cuando rompe el combate final contra España, Palma hace de representante de los libertadores cubanos en Guatemala, donde se radicó definitivamente. Volvería a Cuba tres veces después de la llamada República, le ofrecieron un cargo elevado que rechazó porque algo le disgustó en el ambiente.

Responde anónimamente a un concurso y con la maestría de su lira gana la convocatoria a la mejor letra para el Himno Nacional guatemalteco en 1896. Pero, evasor de las pompas, se calló ese mérito; 14 años después, enfermo de gravedad, confesó su autoría y lo premiaron con una corona de laurel de plata.

El poeta, emocionado, moribundo, sin poder hablar, agradeció el gesto con unas largas lágrimas. Su muerte, el miércoles 2 de agosto de 1911, no fue el último capítulo. Tampoco el traslado de sus restos mortales a Bayamo en abril de 1951, que provocó sendos aluviones humanos en Guatemala y en Cuba. Si hoy está enterrado en la Ciudad Monumento se debe, entre otras cosas, a un poema que escribió a principios del siglo pasado en el que pide, ante la cercanía de «la muerte helada», «solo un sauce y una tumba» en «la orilla sagrada» del río Bayamo.

Aunque son cortas todavía las ofrendas y las odas, y aunque su poemario íntegro no se ha publicado en Cuba (sí en Guatemala hace unos 50 años) Palma mantiene el eco de su acento estremecedor. Mantiene vivas la voz y el alma… eternamente cubanas, bayamesas.


Himno Nacional de Guatemala


Autor de la Letra Original: José Joaquín Palma
Música: Rafael Álvarez Ovalle
Cambios en 1934 por: José María Bonilla

Himno Nacional de Guatemala.

¡Guatemala feliz!..... que tus aras
No ensangrienta feroz el verdugo;
Ni hay cobardes que laman el yugo;
Ni tiranos que escupan tu faz.

Si mañana tu suelo sagrado
Lo profana invasión extranjera,
Tinta en sangre tu hermosa bandera
De mortaja al audaz servirá.

CORO
Tinta en sangre tu hermosa bandera
De mortaja al audaz servirá;
Que tu pueblo con ánima fiera
Antes muerto que esclavo será.

De tus viejas y duras cadenas
Tú fundiste con mano iracunda,
El arado que el suelo fecunda,
Y la espada que salva el honor.

Nuestros padres lucharon un día
Encendidos en patrio ardimiento,
Te arrancaron del potro sangriento
Y te alzaron un trono de amor.

CORO
Te arrancaron del potro sangriento
Y te alzaron un trono de amor,
que de patria al enérgico acento
Muere el crimen y se hunda el error.

Es tu enseña pedazo de cielo
Entre nubes de nítida albura,
Y ay de aquél que con mano perjura
Sus colores se atreva á manchar!

Que tus hijos valientes y altivos
Ven con gozo en la ruda pelea,
El torrente de sangre que humea
Del acero vibrante al chocar.

CORO
El torrente de sangre que humea
Del acero vibrante al chocar,
Que es tan solo el honor su presea
Y el altar de la patria, su altar.

Recostada en el Ande soberbio,
De dos mares al ruido sonoro,
Bajo el ala de grana y de oro
Te adormeces del bello quetzal;

Ave indiana que vive en tu escudo,
Paladión que protege tu suelo,
Ojalá que remonte su vuelo
Más que el cóndor y el águila real!

CORO
Ojalá que remonte su vuelo
Más que el cóndor y el águila real,
Y en sus alas levante hasta el cielo,
Guatemala, tu nombre inmortal!

Letra Actual del Himno de Guatemala

La letra del Himno Nacional fue cambiada durante el gobierno dictatorial de Jorge Ubico, este trabajo se asignó a José María Bonilla Desde 1934 el himno nacional se canta así:


¡Guatemala feliz...! que tus aras
no profane jamás el verdugo;
ni haya esclavos que laman el yugo
ni tiranos que escupan tu faz.

Si mañana tu suelo sagrado
lo amenaza invasión extranjera,
libre al viento tu hermosa bandera
a vencer o a morir llamará.

Coro
Libre al viento tu hermosa bandera
a vencer o a morir llamará;
que tu pueblo con ánima fiera
antes muerto que esclavo será.

De tus viejas y duras cadenas
tú forjaste con mano iracunda,
el arado que el suelo fecunda
y la espada que salva el honor.

Nuestros padres lucharon un día
encendidos en patrio ardimiento,
y lograron sin choque sangriento
colocarte en un trono de amor.

Coro
Y lograron sin choque sangriento
colocarte en un trono de amor,
que de patria en enérgico acento
dieron vida al ideal redentor.

Es tu enseña pedazo de cielo
en que prende una nube su albura,
y ¡ay! de aquel que con ciega locura
sus colores pretenda manchar.

Pues tus hijos valientes y altivos,
que veneran la paz cual presea,
nunca esquivan la ruda pelea
si defienden su tierra y su hogar.

Coro
Nunca esquivan la ruda pelea
si defienden su tierra y su hogar,
que es tan sólo el honor su alma idea
y el altar de la patria su altar.

Recostada en el ande soberbio,
de dos mares al ruido sonoro,
bajo el ala de grana y de oro
te adormeces del bello Quetzal.

Ave indiana que vive en tu escudo,
paladión que protege tu suelo;
¡ojalá que remonte su vuelo,
más que el condor y el aguila real!

Coro
¡Ojalá que remonte su vuelo,
más que el condor y el aguila real!
y en sus alas levante hasta el cielo,
GUATEMALA, tu nombre inmortal!

Actualmente el Himno Nacional de Guatemala es el segundo himno mas bello a nivel mundial. La letra actual del Himno Nacional de Guatemala no es totalmente la que escribió José Joaquín Palma. En 1934 el gobierno aprobó los cambios que el guatemalteco José María Bonilla Ruano hizo a la letra original. El Himno Nacional de Guatemala fue el resultado del concurso convocado por el presidente José María Reyna Barrios en 1896.

Hoy en día Bayamo es la única ciudad en todo el mundo que es la madre de dos hijos de ella, que sean autores de Himnos Nacionales de un país.

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